Geografía del paisaje en el valle del río Achibueno

El volcán Nevado de Longaví
es un estratovolcán del Cuaternario, es decir “joven” en la escala geológica, con una altura de 3.242 msnm. cuya última erupción se cree que fue entre 10.000 a 7.000 años atrás. Principalmente compuesto por espesas lavas que escurren desde la cima, no posee un cráter abierto y no existe evidencia de formación de una caldera. Por las vertientes Este y Suroeste del cono, existen escarpes de colapsos locales (derrumbes) observables a simple vista. Su nombre se asemeja a los vocablos del mapuzugun, Longkovilu, donde Longko= cabeza, y Vilu = culebra, lo cual puede referirse a la semejanza de su cumbre, con la cabeza de una culebra a punto de morder.

Laguna del Achibueno
Ubicada en la ladera oriente del Nevado de Longaví, da inicio al serpenteante descenso en dirección Este del río Achibueno, para luego curvarse y rodear el Nevado por el Norte. En su curso superior, el río se desarrolla confinado por elevadas montañas de los Andes centrales. En este primer tramo recibe varios aportes de aguas provenientes de esteros cordilleranos que confluyen en el río, principalmente los esteros Nacimiento, Potrero Grande, Los Patos, La Gloria y Las Ánimas. Finalmente, el río Achibueno se une al río Loncomilla, siendo su afluente más importante, y que, aguas abajo, une sus aguas al río Maule.
El régimen hidrológico de esta subcuenca es de tipo nivo-pluvial, es decir, se alimenta principalmente de las lluvias y nieves caídas, y debido a esto, mostrando sus mayores caudales en los meses invernales. El resto del año se alimenta del drenaje de las lagunas cordilleranas que almacenan el agua lluvia precipitada en la estación invernal, algunas de estas lagunas son: Achibueno, Añintunes, Los Patos, Escondida, Verdes, Cuellar.

Valle fluvial Achibueno
Los valles, como el del río Achibueno, presentan una forma en «V», característica de la erosión fluvial. Este tipo de relieve se distingue por su perfil escalonado y las laderas suavizadas que flanquean el curso de un río. Dentro de este paisaje, se identifican varios componentes: el canal de estiaje, que corresponde al cauce mínimo del río y la zona más profunda del valle; el cauce menor, que es el lecho por donde fluye el río en condiciones normales; y el cauce mayor, que se activa durante las crecidas.
Además, los antiguos trazados del río pueden reconocerse a través de las terrazas fluviales, formaciones creadas por la erosión y el cambio del flujo del agua a lo largo del tiempo. Por último, en los valles fluviales, los depósitos sedimentarios suelen estar formados por rocas redondeadas y de superficies lisas, moldeadas por la acción continua del agua, como las que se pueden observar a lo largo del Achibueno.

Valle glacial Las Ánimas:
Los valles glaciares se caracterizan por su forma en “U”, resultado de la erosión glaciar, que se manifiesta en relieves con paredes escarpadas y en el hundimiento de la roca debido al peso del hielo. Entre los elementos destacados de este paisaje se encuentran los cuernos, montañas elevadas con cúspides rocosas, ubicadas entre circos glaciares, formados por la acumulación de hielo en las altas montañas.
El derretimiento de los glaciares ha dado lugar a lagunas, valles colgados y depósitos de rocas angulosas y de bordes afilados. Estas rocas, fragmentadas y transportadas bajo el hielo, suelen acumularse en la morrena, que marca el límite del avance del glaciar. Sin embargo, en el caso del valle de Las Ánimas, no se ha identificado un depósito de morrena. A pesar de ello, es posible observar diferencias en la erosión de las rocas, especialmente en el Morro de Las Ánimas, donde se encuentran huellas evidentes del paso del glaciar. Este rasgo distintivo podría indicar, de manera teórica, el punto final del avance del glaciar en este valle.

Glaciar El Toro:
El Nevado de Longaví y el cerro El Toro son imponentes macizos que combinan roca, hielo y agua, actuando como reservas naturales clave para el recurso hídrico. Estas formaciones aseguran un flujo constante en los esteros y ríos, incluso durante los veranos más secos. El Nevado de Longaví alberga glaciares descubiertos, aunque aún se desconoce la cantidad de glaciares rocosos que podrían estar ocultos bajo su superficie. Por su parte, desde el cerro El Toro desciende el glaciar del mismo nombre, visible incluso desde la distancia en el llano central de la provincia de Linares. Este glaciar es una fuente crucial que alimenta los esteros Las Ánimas y La Gloria.

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TIPOS

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DEPÓSITOS

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EN EL VALLE DEL ACHIBUENO
Se identifican cuatro tipos principales de depósitos sedimentarios, cada uno con características específicas según su origen y proceso de formación.
1.Los depósitos aluviales se forman cuando corrientes rápidas de agua, conocidas como aluviones, arrastran rocas y barro a través de quebradas. Este material se acumula en zonas donde la pendiente se vuelve menos inclinada, creando terrazas fluviales. Un ejemplo interesante se encuentra en el sector de Las Puentes, en la ribera este del río Achibueno. Allí se pueden observar grandes bloques de roca y una matriz de barro, probablemente dejados por un antiguo aluvión que descendió desde la quebrada de La Leona. Hoy en día, este lugar es hogar de una colonia de loros tricahues, que anidan en los barrancos cercanos.
2.Los depósitos coluviales son acumulaciones de materiales que se deslizan por la fuerza de la gravedad desde pendientes pronunciadas. Este material se acumula en laderas y forma montones llamados conos de derrubios al pie de cerros o escarpes.Puedes encontrarlos en lugares como el valle de Las Ánimas y a lo largo del río Achibueno, sobre todo bajo paredes rocosas muy inclinadas.
3.Los depósitos fluviales son acumulaciones de materiales que el río transporta y deja en su recorrido. Estos materiales incluyen rocas redondeadas y alargadas, que se organizan en capas según su tamaño, mezcladas con arena o arcilla. Si visitas el río Achibueno y sus esteros, podrás ver estos depósitos claramente en las orillas.
4.Depósitos glaciares se originan por la acción erosiva y transportadora de glaciares, acumulando gravas, arenas y arcillas. Sus rocas son angulosas y de formas menos redondeadas debido a procesos de erosión más lentos. En el valle de Las Ánimas, se observan rocas con cortes rectos y bordes angulosos, testigos de su origen glaciar.
Formación del Suelo y Clima en el Valle del Río Achibueno
El suelo en el valle del Achibueno se forma cuando el clima fragmenta los bloques de roca, creando grietas y debilitando la roca madre. Los primeros colonizadores, como líquenes y musgos, se establecen en la roca, aportando humedad y materia orgánica que favorecen la llegada de organismos más complejos. Con el tiempo, plantas y pequeños invertebrados contribuyen al desarrollo del suelo, transformando la materia orgánica en humus y liberando minerales de las rocas. Una vez desarrollado, el suelo permite el establecimiento de plantas con raíces profundas que le otorgan estabilidad y mejoran su capacidad de retener agua, creando un entorno capaz de sostener diversos seres vivos. Este proceso, junto con la erosión de rocas volcánicas y la acción climática, dio origen al suelo trumao característico del valle.

El clima de este lugar ha evolucionado durante miles de años, desde periodos glaciares cubiertos de hielo hasta ser modelado por el agua en las deglaciaciones. Actualmente, el valle se encuentra en una zona de transición climática entre el clima mediterráneo, con veranos largos y secos e inviernos lluviosos, y el clima templado, caracterizado por inviernos más largos y lluvias distribuidas durante todo el año. Esta posición transicional genera un patrón climático diverso, con precipitaciones concentradas en otoño e invierno, y temperaturas medias que disminuyen hacia el sur.


Ecotono Achibueno
El piso vegetacional está representado por el bosque caducifolio mediterráneo andino, donde predominan especies como hualo, hualle y ciprés de la cordillera.
El cajón del río Achibueno es único por encontrarse en una zona de transición climática, lo que genera variaciones locales que permiten la coexistencia de vegetación de origen climático diverso. En este valle conviven especies adaptadas al frío y la humedad junto a otras resistentes a la sequía y la alta insolación.
El tipo forestal describe la vegetación según las características de sus hojas, mientras que el piso vegetacional clasifica con mayor detalle las especies en función del gradiente climático y el ecotono del lugar. En la zona de Linares, el piso vegetacional predominante es el Bosque Caducifolio. La orientación de las laderas, la cercanía a fuentes de agua y el tipo de suelo generan variaciones en el ecotono a lo largo del valle.

